En solo un año, el Instituto Miguel León Prado de San Miguel dio un salto notable en los resultados PAES: en ciencias pasaron del puesto 543 al 353, y en Matemáticas M1 subieron del ranking 408 al 306. Esta mejora no es casualidad: es fruto de una gestión escolar intencionada, trabajo colaborativo entre departamentos, ajustes curriculares estratégicos y una orientación vocacional activa desde primero medio.
Una comunidad escolar comprometida con los aprendizajes
En Kimche conocimos el caso del Instituto Miguel León Prado gracias al seguimiento de resultados PAES que realizamos con nuestro módulo de egresados. Al revisar los avances de 2025, nos llamó la atención el importante salto en los puntajes de Matemáticas y Ciencias. Sebastián Arentsen, parte del equipo de Kimche, se contactó con Carol Orielly Savoy, coordinadora académica del colegio, para entender de primera fuente cómo lograron estos resultados. Lo que encontramos fue mucho más que una buena cifra: una comunidad educativa comprometida, reflexiva y con una mirada clara sobre el rol de la orientación y la gestión escolar en la trayectoria de sus estudiantes.
El Instituto Miguel León Prado es un colegio particular subvencionado de media jornada, perteneciente a la red marianista. Con una trayectoria educativa centrada en el respeto y el desarrollo integral de sus estudiantes, la comunidad escolar se ha enfocado en sostener una excelente convivencia escolar y altos niveles de aprendizaje, incluso en contextos complejos como la post-pandemia.

Coordinadora Académica
“No planificamos para cumplir. Planificamos con sentido: para que los estudiantes avancen“, afirma Carol, explicando cómo cada planificación trimestral se construye a partir de diagnósticos y análisis realistas del nivel del curso.
Diagnóstico, planificación y cruce curricular: el corazón de la mejora
Una de las claves del avance PAES está en cómo el colegio planifica sus aprendizajes. Desde marzo, todos los departamentos trabajan con evaluaciones iniciales —no calificadas— que permiten identificar las conductas de entrada necesarias para abordar cada asignatura. A partir de estos diagnósticos, se planifican unidades trimestrales que cruzan los objetivos del currículum nacional con los contenidos exigidos por la PAES.
“Nunca es congruente lo que dice el Ministerio con lo que ve el DEMRE, entonces hacemos ese cruce. Si falta algún objetivo, lo incorporamos”, explica Carol. En tercero y cuarto medio, este trabajo se intensifica: los profesores de asignaturas base (lenguaje, matemática y ciencias) colaboran con quienes hacen clases en los electivos, para asegurar una cobertura adecuada y preparar a los estudiantes con foco en habilidades.
Electivos con propósito y conciencia vocacional
El colegio no prepara a sus estudiantes solo para rendir una buena prueba, sino para que elijan con conciencia. Desde segundo medio se realizan reuniones con apoderados, test psicométricos, simulaciones de ranking y ferias vocacionales internas donde estudiantes de cuarto presentan sus electivos a los de tercero. “Les pedimos a los profes que cada electivo termine con un proyecto para mostrarlo. Eso motiva y da sentido”, dice Carol.
Además, se han desarrollado electivos con un estilo práctico y motivador, como Biología Molecular, donde los estudiantes aprenden a usar microscopios, identificar grupos sanguíneos o cultivar bacterias. Estos proyectos conectan con intereses reales y ayudan a construir trayectorias vocacionales claras. “No es lo mismo estar dos años trabajando una habilidad, que prepararse a última hora”, enfatiza Carol.
Más que cumplir un currículum, desarrollar habilidades
El trabajo del Instituto Miguel León Prado no busca simplemente “completar contenidos”, sino formar estudiantes con habilidades profundas. “No planificamos por defecto, ni para cumplir. Planificamos con sentido: para que los estudiantes avancen”, afirma Carol.
Este enfoque también ha sido clave para mantener buenos resultados en otras mediciones. En SIMCE de Matemática, el colegio ha mostrado una trayectoria estable entre 322 y 345 puntos. “Es difícil subir cuando ya estás en la cima”, reconoce Carol, “pero seguimos buscando mejoras porque tenemos estudiantes con altas expectativas, muchos quieren ser médicos”.
Reflexión final: gestionar con visión, orientar con cariño
El caso del Instituto Miguel León Prado muestra que es posible mejorar los resultados PAES sin recurrir a talleres estandarizados o preparación “para la prueba”. Lo esencial ha sido una gestión escolar coherente, articulación entre equipos docentes y una orientación vocacional temprana y profunda.
Como nos compartió Carol: “El efecto nota no es beneficioso. Lo que sirve es trabajar con constancia, con conciencia, desarrollando habilidades”. En Kimche, valoramos profundamente este tipo de experiencias, que inspiran a otros colegios y demuestran que con convicción, organización y trabajo colaborativo, se puede lograr un verdadero cambio educativo.
Nos alegra haber compartido esta conversación con el Instituto Miguel León Prado y les deseamos lo mejor en su continuo camino de mejora. ¡Gracias por confiar en Kimche!
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